Somos nuestros recuerdos. Más que nuestras vivencias, es la huella que estas dejan en nosotros lo que nos forma como personas. Cada recuerdo es un punto en el retrato puntillista de nuestra personalidad que van pintando nuestros sentidos en el lienzo de nuestra memoria. Recordamos con todos nuestros sentidos: olores, imágenes, sabores y sensaciones táctiles anidan en nuestra mente y nuestro corazón. Y lo mismo ocurre con los sonidos.
Cuando pienso en los recuerdos de mi infancia, me doy cuenta de hasta qué punto están vinculados entre sí sonidos, olores e imágenes, y de cómo me han ido convirtiendo en la persona que soy. Una voz, un acento o un simple chirrido pueden desencadenar, en una fracción de segundo, una sucesión de pensamientos y sensaciones.
El cerebro no es una máquina que pueda descodificar el misterio de la condición humana, ni tampoco el misterio de la música. Aun así, eso no quiere decir que la investigación neurocientífica no pueda ofrecernos un punto de vista interesante sobre el papel que desempeña la música en nuestras vidas.
Los estudios sobre memoria musical y demencia también muestran hasta qué punto están anclados en nuestra personalidad los sonidos de la infancia. La música tiene un efecto terapéutico demostrable en personas con determinados tipos de demencia.
No obstante, tal vez sea aún más llamativo el hecho de que los recuerdos musicales permanecen a veces razonablemente intactos mientras la memoria verbal está ya muy deteriorada, y de que la música sea capaz de hacer emerger de nuevo recuerdos olvidados hacía mucho tiempo en un cerebro envuelto en brumas cada vez más densas.
Lo que entra en nuestra conciencia a través del oído y anida en nuestra memoria determina en gran medida quiénes somos, lo cual vale tanto para los sonidos cotidianos que oímos por mera casualidad como para la música que escuchamos de forma activa.
Infinidad de grandes filósofos y músicos han insistido en que es imposible plasmar con palabras el significado o la esencia de la música.
La música es un fenómeno tan fascinante e inaprehensible que no solo constituye un tema, sino todo un campo de investigación dentro de la filosofía.
Extracto de:
“La Música como hogar” Una fuerza humanizadora
Gescinska Alicja
Siruela Biblioteca de Ensayo